Espero y espero y tú no apareces.
Cómo contarte mi angustia porque no sé dónde estás.
Cómo contarte este dolor en mi pecho porque no sé nada de ti.
Yo creía ser tu universo, me convenciste de ello.
Ahora tengo que recomponer a la mujer rota que has dejado.
Comienzo a caminar sin volver la vista atrás.
Cuando llego a nuestra casa vacía me siento y contemplo tu sitio en el sofá.
No puedo creer que no estés.
Oigo un ruido en la puerta. Corro a abrir.
Te lanzas sobre mi moviendo la cola y lamiendo mi cara.
Saltas y ladras a mi alrededor; tú también me has echado de menos.
Los mejores amigos Leonor