La farmacia

Esta semana Dorotea dirigir la convocatoria de “Este jueves relato”. Si quieres saber más sobre esta convocatoria pulsa aquí.

Mis movimientos eran cada vez más lentos. Para ponerme de pie necesitaba una grúa, si se me caía algo al suelo lo dejaba, imposible agacharme. Caminando parecía un pavo cebado para cenar en navidad.

   Me faltaban dos pasos para entrar en la farmacia y aquel señor trajeado pasó por mi lado. Era de los competitivos-agresivos, de los que tienen que saltar por encima de todo. Debió de verme como la tortuga, y él como la liebre.

   Nacho, el farmacéutico, le dio muy cortés los buenos días. No oí lo que el trajeado le pidió pero Nacho entró en el almacén. Por el rabillo del ojo me fijé en su buena planta; el traje de buena calidad, confeccionado a medida; la camisa acorde con la corbata y los zapatos brillantes. Estaba segura de que era un ejecutivo.

   Le vi hacer un movimiento rápido… No podía ser… Estaba a su lado… Lo había hecho con naturalidad… Laura, la farmacéutica, salía a atenderme, mi expresión la alarmó… No podía ser cómplice del trajeado… Era mi farmacia de confianza, cuando me veía me llamaban por mi nombre, me aconsejaban ante cualquier duda…

   Por señas le indicaba a Laura lo que había visto, pero la mímica no era lo mío. Le indiqué que se acercara. Susurrando le conté que el trajeado se había inclinado sobre el mostrador/expositor, extrayendo uno de los productos expuestos. Me temblaban las piernas y el corazón me latía desbocado. Ella volvió por donde había venido, dejándome sola con el trajeado… Pensé que si se había dado cuenta de que lo había delatado se encararía conmigo.

   El farmacéutico salió y con la misma cortesía con que le había recibido le pidió que pagara lo que había cogido. El trajeado dijo no entender lo que decía, pero cedió cuando le explicó que lo habían visto por las cámaras. Dejó en el mostrador el tubo de pasta de dientes. Sin decir nada, salió de la farmacia, dejándonos a los tres desconcertados. Noté mis pantalones húmedos… Necesitaba una ambulancia y que sacaran la fregona… acababa de romper aguas.

22 comentarios en «La farmacia»

  1. La cleptomanía no entiende de clases sociales, digo yo, porque ¿que necesidad tiene de robar un simple dentífrico? Me ha gustado el final, totalmente inesperado.

    Bss.

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  2. Deje comentario pero no se si subió ..así pues dejo de nuevo , me encanto el ralato pq hasta el final nos tiene en tensión haber que puede pasar ..y son dos cosas ..ella rompe aguas y el un ladrón bien vestido ajajjaj .Vaya que sorpresa ..las apariencias engañan una barbaridad ..Un saludo y muy bonito .

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  3. Buenas noches, un buen relato donde hasta el final nos tienes en ascuas ..y ese romper aguas ha sido sublime ..esto demuestra que las apariencias engañan .
    Un abrazo .

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  4. Toda una aventura la de esta protagonista embarazada. Esperemos que el o la bebé nazca sano-a

    Es la primera vez que te comento, bienvenida a mi blog y al grupo de los jueves.
    Y gracias por tu visita en mi blog y comentario. Un saludo, Leonor. Que tengas un buen día.

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  5. Muy bueno Leonor. Podría enviar uno de boticas pero no tengo blog, solo una página @AnninaDeBenedictis. Conclusión no tengo idea de cómo hacerlo

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